martes, 27 de octubre de 2009

La justificacion segun La Biblia (02)

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Juan Calvino describe la justificación como:

Una aceptación en la cual Dios nos recibe en Su favor y nos estima como personas justas; y decimos que ella consiste en la remisión de los pecados y la imputación de la justicia de Cristo. La justificación, por lo tanto, no es otra cosa que la absolución de culpabilidad de aquel que fue acusado, como si su inocencia hubiera sido probada. Ya que Dios nos justifica por la mediación de Cristo, Él nos exculpa, no por un reconocimiento de nuestra inocencia personal sino por la imputación de justicia; de manera que, quienes somos injustos en nosotros mismos, somo considerados como justos en Cristo.

Jonathan Edwards confirma esto diciendo que:

Una persona es justificada cuando ella es considerada por Dios como libre de la culpa del pecado y su merecido castigo; y como teniendo aquella justicia perteneciéndole, eso le da el derecho a la recompensa de la vida.

Según el R.P. Dr. Miguel Ángel Fuentes, Sacerdote del I.V.E. en su artículo de la Psicología y Teología de la Conversión dice lo siguiente: La Escritura, el Magisterio y la Tradición hablan, en efecto, de una auténtica actividad por parte del hombre: Todo el que oye a mi Padre y recibe su enseñanza, viene a mí (Jn 6,45). El Concilio de Trento afirma: "... la justificación... no es sólo remisión de los pecados, sino también santificación y renovación interior, por la voluntaria recepción de la gracia y de los dones...". Esto es lo que enseña San Agustín: "Quien te creó sin ti, no te justificará sin ti". El Catecismo, por su parte, resume la doctrina del Magisterio diciendo: "La justificación establece la colaboración entre la gracia de Dios y la libertad del hombre". Es más, tanto la Revelación cuanto la teología especifican cuáles son esos actos que debe realizar el hombre en proceso de la conversión: se trata de los actos de fe, caridad y arrepentimiento de los pecados.

Si notan las negritas que resalté, todo apunta a la actividad del hombre, contrario a la justificación bíblica que mencionamos arriba. También afirma que La Escritura, el Magisterio y la Tradición hablan... Sus doctrinas no están basadas en la Biblia solamente, sino también en el Magisterio y la Tradición que obviamente están en contra de las Escrituras, pero encajan perfectamente en su agenda de recalcar las doctrinas católicas.

Por otro lado, esto es lo que enseña la Biblia sobre la condición del hombre.

Efesios 2:1 Y El os dio vida a vosotros, que estabais muertos en vuestros delitos y pecados.

Ahora, podemos hacernos esta pregunta. Si todos los hombres hemos pecado porque hemos desobedecido y como dice Genesis 2 :17 pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás, y como dice en Tito 3:3 porque nosotros también en otro tiempo éramos necios, desobedientes, extraviados, esclavos de deleites y placeres diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles y odiándonos unos a otros y también en Romanos 6:6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con El, para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado, y en Santiago 4:4 Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad hacia Dios? Por tanto, el que quiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.

¿Cómo puede alguien muerto, necio, desobediente, extraviado, esclavo de deleites, viviendo en malicia, odioso y esclavo del pecado, enemigo de Dios puede tener parte alguna en la justificación que sólo Dios puede hacer? La respuesta es obvia...nada. Así que el hombre no puede hacer esos actos que debe realizar el hombre en proceso de la conversión: se trata de los actos de fe, caridad y arrepentimiento de los pecados porque obviamente está inhabilitado por su condición de muerto y esclavo.

Como lo dice Charles Spurgeon en su predicación en el 1855 llamada El libre albedrío: Un esclavo.

Todos nosotros, por naturaleza, estamos legalmente muertos: "el día que de él comieres, ciertamente morirás" le dijo Dios a Adán; y aunque Adán no murió en ese momento físicamente, murió legalmente; es decir, su muerte quedó registrada en su contra. Tan pronto como en Old Bailey (famosa corte criminal de Londres) el juez se cubre la cabeza con una gorra negra y pronuncia la sentencia, el reo es considerado muerto según la ley. Aunque pueda transcurrir todavía un mes antes de que sea llevado al cadalso para que se cumpla la sentencia, la ley lo considera un hombre muerto. Es imposible que ese hombre realice ninguna transacción. No puede heredar nada ni puede hacer un testamento; él no es nada: es un hombre muerto. Su país considera que no tiene ninguna vida. Si hay elecciones, él no puede votar porque está considerado como muerto. Está encerrado en su celda de condenado a muerte, y es un muerto vivo. Cuánta verdad hay en éstas palabras! Definitivamente, el hombre en su condición no pude hacer nada para justificarse ante Dios a través de las obras, solo necesita arrepentirse de sus pecados y volverse de ellos, confiar y depositar plenamente su vida a la obra que ya Cristo hizo en la Cruz y entonces recibirá salvación eterna, no tomando la comunión ni haciendo obras de sacrificio para ganarse el cielo, sino porque Dios ya lo justificó o mejor dicho, lo declaró inocente imputando la justicia en el culpable.

Este es definitivamente el corazón del Evangelio.

Por Pedro Camino

3 comentarios:

  1. Excelente artículo. Muy buena la comparación de la doctrina de la Escritura vs la tradición católica romana.
    Un abrazo

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  2. Gracias! jejeje,para mas articulos puedes visitar mi blog www.verdadypalabra.com Bendiciones.

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  3. Si, el de Pedro es una excelente fuente de edificacion. Yo lo recomiendo. Y el trabajo que hace de traducir algunos videos de YouTube es invaluable.

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