El Señor no… [quiere] que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. (2 Pedro 3:9)
El asombro es una reacción apropiada y, en realidad, inevitable ante las palabras y las enseñanzas de Jesús. Pero nuestra reacción ante ellas no debe terminar con el asombro o ni siquiera con la seria consideración. La reacción fundamental a la enseñanza de Jesús es creer y obedecer. Él no presentó las verdades simplemente para nuestro asombro e información. Enseñó lo que enseñó para nuestra salvación.
Muchos reaccionaron ante la enseñanza de Jesús sencillamente considerando sus palabras y sus obras, pero no aceptándolas. ¿Cuál es la reacción fundamental de usted?
Tomado de Gracia a Vosotros
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