Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Marcos 12:30
Además de las palabras de Jesús en el versículo de hoy, otros libros del Nuevo Testamento ponen en claro que los creyentes han de amar a Dios. Pablo escribió a los corintios, citando del profeta Isaías: “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman” (1 Cor. 2:9). En otro pasaje el apóstol se refiere a los cristianos como “los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable” (Efe. 6:24).
Amor inalterable a Dios es la primera característica de la genuina fe salvadora. Eso es así “porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Rom. 5:5). En vista de todo eso, no es ninguna casualidad que Pablo pusiera el amor como el primer fruto del Espíritu (Gál. 5:22).
Tomado de Gracia a Vosotros
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