lunes, 2 de mayo de 2011

Artículo: La Boda Real?


Me levanté temprano con mi esposa para ver la Boda Real de William y Kate. Hice esto porque era importante para mi esposa y yo la amo entrañablemente. Tenemos buenos recuerdos de la boda de Carlos y Diana y como buenos canadienses por nacimiento que somos, rememoramos dónde estábamos en 1981 para ese evento inolvidable. Algunas reflexiones:

1) Yo oro por la nueva pareja real y pido que la gracia del evangelio de Jesucristo altere el curso natural de sus vidas y que por la fe ellos tengan vida y de manera personal reciban el perdón de sus pecados, la palabra de Dios y la esperanza de la vida eterna. En palabras simples, que ellos sean salvos.

2) Estoy agradecido por el impacto de anglicanos regenerados como John Stott y J.I. Packer cuyos ministerios han impactado mi vida y mi fe durante más de 3 décadas.

3) Estoy entristecido por la pompa religiosa, la ceremonia artificial y la cantidad mínima de referencias al evangelio durante el servicio al que dos billones de personas estaban atentas. El canto entre dientes y el resplandor lejano de la pareja misma durante el turno obligatorio del ministro entristeció profundamente mi corazón, sabiendo que ésta era una oportunidad única que la iglesia tenia. ¿Y no hubiera sido perfecta para preguntar a las masas por qué no van a la iglesia?

4) La comunidad anglicana, profundamente dividida en todo el mundo por los temas de la autoridad de la Palabra de Dios y de seguir un evangelio ortodoxo, se hizo evidente en esta boda vista por 2 billones de personas. El servicio fue sólo ligeramente diferente al de una misa católica. Esto nos recuerda el anglicanismo no surgió del llanto del corazón de la reforma: Soli Fide, Sola Scriptura, Sola Christus, sino de la conveniencia de un rey terrenal que quiso permanecer siendo religioso mientras era indulgente consigo mismo en su desobediencia y en su incredulidad.

5) Pero lo que más me dolió fue la aparente incapacidad de los cristianos auténticos de sentirse ofendidos por aquello de lo que fuimos testigos. ¿Es adornado el Evangelio por una pareja abiertamente fornicaria, forzada a casarse por obligación ante una iglesia encabezada por ministros que parecen estar más preocupados por las emisiones de carbono y por la unidad a expensas de la verdad que por la fidelidad a la palabra revelada de Dios y el evangelio?

Le deseo bien a la "pareja real" y oro para que encuentren en medio de su agenda insufrible y el favor fugaz de la humanidad, una oportunidad para buscar a Aquel a quien conocemos por la fe, que es la vida eterna y que gobierna sobre un reino que no tendrá fin.

Agradecido por el Rey Jesús!

James


Tomado del Blog de James McDonald

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