Sermón: Miguel Núñez 18OCT09

Serie 1ra de Juan (1Jn1:8-2:2)
Juan está escribiendo con los gnósticos en mente y el está tratando de desmontar sus ideas con tres argumentos:

• La realidad del pecado
• La fidelidad de Dios para con nosotros
• Nuestros pecados son perdonados en Cristo y por Cristo.

Ellos decían que no tenían ningún pecado y el les dice en el v.8 Como es posible que alguien esté tan engañado que piense que no tiene pecado? Solo piensa así el que anda en tinieblas y no se autoexamina, es como la persona que nunca se mira a un espejo. Pero mas penoso es el que conoce a Dios y no se da cuenta del pecado en que está, mas todo el mundo lo ve: esa persona está en una penumbra que apenas le permite ver con dificultad. Cuando estamos enfocados en obtener algo muchas veces perdemos la objetividad, la carne nos engaña y pensamos que son los demás que están equivocados o que exageran en lo que nos dicen sobre nosotros. Nos conviene creer que estamos haciendo las cosas bien y así las vemos. En realidad estamos viviendo una vida dual creyendo que no estamos en pecado porque conviene a nuestros propósitos personales el creerlo así. Que se requiere para no estar ahí (o salir de ahí si lo estoy)?

• Conocer Su palabra. Parece muy obvio pero no lo es. No podemos ir a ella buscando memorizarla para impresionar a los demás. Tampoco para aplicarla a la vida de otros queriendo corregir el rumbo de la vida de los demás, sino solo la mía propia.
• Llevar una vida de santidad. Cuando entramos a un lugar donde hay olores, al rato nuestras terminaciones olfativas se saturan y dejamos de percibir el olor y pensamos que este ya no está, cuando en realidad el sigue ahí, solo que ya yo no me doy cuenta. Igual nos pasa cuando vivimos en una situación de pecado: llegamos a insensibilizarnos a el.
• Caminar en y con el pueblo de Dios, para que puedas ser corregido.
• Tener una actitud de humildad. El orgullo es tan tal que se cree humilde y minimiza nuestros errores y agiganta el de los otros. 'Nadie me entiende' es una frase que debe ser una señal de alarma, cada vez que lo pensemos.
• Tener un corazón sano, no airado, no resentido. No hay nada como la ira para ver las cosas como no son. El salmista dice "era yo torpe y sin entendimiento... Como una bestia". Nos enfermamos hasta tal extremo que perdemos la razón y no queremos escuchar.

Pero en el v.9 Juan dice que "Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para perdonarnos los pecados" pero esto es claramente un condicional: "Si confesamos...". Vivimos pecando todo el tiempo, ya en este momento lo hemos hecho varias veces hoy, por eso el arrepentimiento debe ser un estilo de vida, una práctica constante. El es fiel y justo, pero tu debes confesar. El nunca impondrá una consecuencia mayor a lo que requiere mi pecado o yo me merezca.
Dos palabras que usa la Escritura para definir arrepentimiento, Shub (hebreo) y Metanoia (griego), nos dan una idea de lo que trata este concepto: un cambio de mente.
El Concilio de Trento (siglo 16) definió dos tipos de arrepentimiento: atrición y contrición. El primero es el que hago porque no me conviene seguir, por miedo a las consecuencias, en este yo estoy colocado en el trono y normalmente pregunto con jactancia a los demás: 'pero que mas tu quieres que yo haga?'; en el segundo me arrepiento porque he ofendido a Dios: El está en el trono y yo busco qué otra cosa me falta por hacer para dejar el asunto resuelto de la manera que de mas gloria a Dios.
El motivo de Juan para decir esto no para hacer sentir mal sino "para que no pequéis", nota el uso amoroso de la expresión “hijitos”. El no busca que esto aplaste a los que pecan sino para que tengan confianza para venir ante el Trono. Juan enfatiza que nuestros pecados son perdonados por Cristo, en Cristo y para Su gloria.
Ojalá podamos tomar cada vez mas conciencia de la necesidad de vivir una vida que agrada a Dios, una vida de arrepentimiento constante, pero para ello necesito primero sacar la viga de mi ojo para poder ver claramente. Lo que El dice es para mi solo beneficio: es lo que nos conviene, una vida de santidad. Dios, revélame cada vez mi pecado para yo arrepentirme una y otra vez.
El Señor es tan bueno que no nos muestra todo nuestro pecado de una sola vez sino que lo hace poco a poco y va sanando una a una nuestras faltas.
Deja de querer justificarte tanto que esto es vanas repeticiones. Se honesto con Dios sin diluir ni maquillar tu pecado y verás como inicias una nueva relación con El.
No hay nada que aligere mas tu carga que el abrazo de Dios.

El predicador no dijo literalmente algunas de estas palabras, tampoco este escrito abarca todo el contenido del mensaje, sino que es mas bien el reflejo de como impactaron mi mente y corazón. Como te afectó a ti?