lunes, 31 de agosto de 2009

Citas


Dios es mas glorificado en nosotros cuando estamos mas satisfechos en El.

.

Enseñanza con autoridad


La gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad. (Mateo 7:28-29)

Algo que influyó tanto en los oyentes de Jesús es que Él enseñaba con autoridad. La palabra más empleada en el Nuevo Testamento para referirse a la autoridad pertenece al poder y al privilegio, y muestra la soberanía de Cristo.

A diferencia de Jesús, los escribas judíos citaban a otros para darles autoridad a sus enseñanzas. El Señor tenía que citar solamente la Palabra de Dios y podía hablar como la autoridad suprema sobre la verdad. Habló la verdad eterna sencilla, directa y poderosamente, pero con amor y compasión. Eso asombraba a sus oyentes, y debiera también impresionarnos profundamente a nosotros.

Tomado de Gracia a Vosotros

domingo, 30 de agosto de 2009

Citas


Debemos luchar por descansar en Cristo.

.

El constructor prudente


Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca. (Lucas 6:48)

La persona que es espiritualmente sabia, que es un cristiano verdadero, edifica su vida y cumple sus tareas con cuidado, comprendiendo la grandeza y la importancia que están en juego. No se siente satisfecha con una profesión superficial de fe ni con los métodos triviales y los atajos fáciles que tan a menudo acompañan a la religión falsa.

Sabiendo que el Señor merece toda alabanza y adoración, el constructor prudente deseará darle el máximo de su esfuerzo y de su servicio diligente. Esa persona sabe que todo lo que se hace para Cristo se hace por amor, no por obligación ni por temor. Así que sirva al Señor con alegría y sea un prudente constructor en su reino.

Tomado de Gracia a Vosotros

sábado, 29 de agosto de 2009

La casa sobre la arena


Cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena. (Mateo 7:26)

La casa edificada sobre la arena simboliza una vida espiritual edificada sobre el fundamento de las opiniones, las actitudes y las voluntades humanas, que siempre son cambiantes e inestables. Si edifica su vida sobre ese fundamento, la está edificando sobre la obstinación, la autosuficiencia, la justicia propia, los propósitos egoístas y la realización de los propios deseos. Si escoge cimientos arenosos, su vida se fundamentará en falsas enseñanzas y no alcanzará la salvación; “siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad” (2 Tim. 3:7).

No sea como el que superficial y descuidadamente escoge una sección de la arena del mundo para edificar sobre ella su esperanza. Más bien preocúpese por la profundidad de la recompensa espiritual que resulta de considerar sabiamente y escoger con cuidado el sólido cimiento de Dios.

Tomado de Gracia a Vosotros

viernes, 28 de agosto de 2009

Citas


Dios hace diez mil cosas en cada obra que hace. Talvez de estas diez mil nosotros entendemos doce. Talvez dos. Pero nunca entenderemos suficientes para juzgar, hasta que El haya terminado esa obra.

.

La casa edificada sobre la roca


No cayó, porque estaba fundada sobre la roca. (Mateo 7:25)

La casa fundada sobre la roca representa la vida de obediencia espiritual. Es la vida que tiene una perspectiva bíblica de sí mismo y del mundo, como se describe en las Bienaventuranzas de Cristo en el Sermón del Monte. Es la vida que se preocupa más por la justicia interna que por la forma externa. Es una vida de autenticidad y no de hipocresía, y de justicia de Dios en vez de justicia propia.

La casa fundada sobre la roca describe la vida que se deshace del orgullo y de las buenas obras humanas y es humilde y contrita debida a su propio pecado. Tal vida procura, con la ayuda del Espíritu, entrar por la puerta estrecha de la salvación y ser fiel al camino angosto de Cristo y de su Palabra. La vida edificada sobre la roca confía en la voluntad de Dios y espera en su Palabra por encima de todo. ¿Dónde descansa su esperanza y dónde radica su confianza?

Tomado de Gracia a Vosotros

jueves, 27 de agosto de 2009

Citas

Nuestro deseo de ser felices es muy débil. Nos conformamos con una casa, una familia, algunos amigos, un trabajo, una que otra salida a cenar, unas vacaciones cada año, una plasma y la última laptop. Nos hemos acostumbrado a esos placeres tan pequeños, poco excitantes y de corta duración que nuestra capacidad de gozo se ha marchitado. Y por tanto nuestra adoración se ha marchitado también.

.

El sólido cimiento


Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. (Mateo 7:24)

El prudente edificará su vida sobre la roca. La roca a la que Jesús se refiere en el versículo de hoy es la Palabra de Dios, la Biblia. El edificar sobre la roca es por tanto equivalente a oír y obedecer las palabras de Cristo, y para nosotros eso significa vivir según la Biblia.

Después que Pedro confesó “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”, nuestro Señor le dijo: “…no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia” (Mt. 16:16-18). La palabra de Jesús para “roca” en este versículo es la misma que empleó en Mateo 7:24. Es la base de la revelación de Dios, su Palabra. La roca del sólido cimiento es la dirección segura y divina que Pedro recibió, y es el único fundamento sobre el cual puede descansar la verdadera vida cristiana.

Tomado de Gracia a Vosotros

miércoles, 26 de agosto de 2009

Citas


La H1N1 es mala. La MALARIA es peor. El SIDA aun peor. El PECADO es el peor de todos. Que dulce es que haya medicina en la tierra. Y cuanto mas dulce es que la haya en los cielos!

.

Fe falsa frente a fe verdadera


¿De qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? (Santiago 2:14)

El buen árbol no solo puede, sino que también lleva buenos frutos. Sin embargo, cualquiera que diga que es un buen árbol (un cristiano) pero que no dé los frutos de las buenas obras no tiene parte alguna en el cuerpo de Jesucristo. La persona que verdaderamente es cristiana podrá repetir lo que dice Santiago: “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma... Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras” (Stg. 2:17-18).

Tomado de Gracia a Vosotros

martes, 25 de agosto de 2009

La codicia



Asi es el pecado: estamos de lo mas tranquilos "quitados de bulla" y de repente algo nos llama la atención y "nos ponemos en eso" y entonces nuestra codicia y el deseo de autocomplecernos nos lleva a caer pero luego viene otra tentación mayor y luego otra y otra hasta que terminamos en un desastre.

.

Evite el engaño


Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? (Mateo 7:22)

Una buena manera de evitar el engaño espiritual de sí mismo es sencillamente conocer y esquivar las trampas religiosas en las que se puede caer. En primer lugar, hay excesiva preocupación con las simples actividades religiosas.

El enfoque externo sobre la asistencia a los cultos y a los estudios bíblicos, el escuchar sermones, el cantar himnos y otras buenas actividades como esas pueden en realidad apartarlo del conocimiento del Dios a quien piensa que está sirviendo.

En segundo lugar, hay una dependencia superficial de las actividades religiosas y las ceremonias pasadas. El hecho de que usted fuera bautizado cuando era niño, de que asistiera a la escuela dominical o a la escuela bíblica de vacaciones, o que se uniera a una iglesia no significa necesariamente que ahora esté justificado ante Dios.

En tercer lugar, hay un conocimiento religioso de por sí. Usted puede comprometerse con una determinada denominación y sus tradiciones, o tener un gran interés académico en la teología. Pero todo eso es inútil si no está interesado también en ser más semejante a Cristo y más obediente a su Palabra.

Tomado de Gracia a Vosotros

lunes, 24 de agosto de 2009

La introspección espiritual


Probaos a vosotros mismos. (2 Corintios 13:5)

Muchos creyentes van por la vida con una actitud indiferente respecto a sus pecados. Pero el Señor les dice a los creyentes que examinen su vida cada vez que participen de la Cena de Señor (1 Cor. 11:28). Y el apóstol Pablo exhortó a la iglesia de Corinto: “Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos” (2 Cor. 13:5).

Si usted hace eso con regularidad y con una actitud positiva, estará seguro de que sus motivos y deseos son agradar a Dios, aunque a veces le falle (vea Rom. 7:14-25).

Tomado de Gracia a Vosotros

domingo, 23 de agosto de 2009

Falsa seguridad


No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. (Mateo 7:21)

El Nuevo Testamento presenta normas elevadas para distinguir la verdadera vida cristiana, y también da muchas advertencias para evitar el engaño de sí mismo respecto a la salvación (vea Mat. 25).

Una de las causas del engaño de sí mismo es una interpretación errónea de la doctrina de la seguridad. Muchos son engañados por testigos cristianos bienintencionados que les dicen que para ser salvos sencillamente tienen que tomar una decisión por Cristo y después, basándose en esa oración de decisión, nunca volver a dudar de su salvación.

Lamentablemente, tales evangelistas están tratando de garantizar la salvación de alguien sin la obra convincente del Espíritu Santo y la futura evidencia de los frutos espirituales acompañados de la obediencia a la Palabra (Jn. 8:31).

Solo Dios puede dar a una persona la verdadera promesa de la salvación, por el Espíritu obrando mediante su Palabra (vea Rom. 8:14-16).

Tomado de Gracia a Vosotros

sábado, 22 de agosto de 2009

Rechace los falsos credos


Vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina... Pero tú sé sobrio en todo. 2 Timoteo 4:3, 5

El profeta Isaías dio este buen consejo respecto a reconocer la falsa doctrina: “¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido” (Is. 8:20). Las doctrinas heréticas y los falsos credos no pueden resistirse al escrutinio de la luz divina de la Biblia.

Los falsos credos nunca enseñan la necesidad de entrar por la puerta estrecha de Cristo o andar por su camino angosto. A primera vista su contenido pudiera parecer ortodoxo y exigir verdadera fe, pero al final su mensaje radicará en el fundamento de las obras humanas y enseñara la salvación por el esfuerzo humano. Tales credos no mostrarán la profundidad o el peligro del pecado y de la depravación humana, y como consecuencia no presentarán la necesidad del arrepentimiento, del perdón y de la sumisión al Señor.

El mensaje de todos los falsos credos es un mensaje de deficiencias, y la mayor de todas es la omisión de la verdad del evangelio que salva.

Tomado de Gracia a Vosotros

viernes, 21 de agosto de 2009

Dar verdaderos frutos


Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento. Lucas 3:8

Su carácter esencial, sus motivos, sus convicciones, sus lealtades y sus ambiciones, se mostrarán con el tiempo en lo que dice y en lo que hace. Las buenas obras no salvan, pero todo creyente es salvado para buenas obras. “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Ef. 2:10; vea también Gá. 5:22–23; Col. 1:10).

Para el creyente, el llevar fruto ocurre con la ayuda de Cristo. El apóstol Pablo se refiere a que seamos “llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo” (Fil. 1:11). Por otra parte, los incrédulos (entre ellos los que dicen ser cristianos y no lo son) con el tiempo mostrarán los malos frutos que inevitablemente produce su vida no regenerada.

Si usted está dando frutos, estará creciendo en todas las esferas que enumera Pedr fe, virtud, conocimiento, dominio propio, paciencia, piedad, afecto fraternal y amor (vea 2 P. 1:5–9).

Tomado de Gracia a Vosotros

jueves, 20 de agosto de 2009

El juzgar los frutos espirituales


No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Mateo 7:18

Un árbol frutal puede ser hermoso y decorativo, y dar una sombra refrescante en el verano. Pero su principal propósito es dar frutos, y por tanto se le juzga por lo que produce y no por lo que aparenta. De igual manera, a cualquiera que diga que habla en nombre de Dios se le ha de juzgar por su vida, no simplemente por su apariencia ni por sus palabras.

A veces los falsos profetas pueden engañar incluso a los cristianos genuinos. Si se vuelve descuidado respecto a la Palabra de Dios, perezoso en cuanto a la oración e indiferente acerca del reino de Dios, es fácil que lo engañe un maestro talentoso, ameno y con facilidad de palabra que aparenta ser ortodoxo.

Por lo tanto, es importante que siga vigilante y preparado. Los malos frutos de un árbol malo son sencillamente inaceptables, sin que importe cuán buenos puedan ambos parecer. Se les debe examinar con cuidado (vea He. 5:14). Pero para el creyente de experiencia hay una verdadera garantía en las palabras de Jesús: “por sus frutos los conoceréis” (Mt. 7:20). No hay por qué ser engañado si se observa cuidadosamente.

Tomado de Gracia a Vosotros

miércoles, 19 de agosto de 2009

Como distinguir lo verdadero de lo falso


Todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. (Mateo 7:17)

La Didaché, uno de los escritos cristianos más antiguos después del Nuevo Testamento, da varias pautas para distinguir a los profetas verdaderos de los falsos. En primer lugar, un verdadero profeta no abusará de la hospitalidad, sino que seguirá adelante, atendiendo su ministerio y su misión. Pero un falso profeta dará vueltas indefinidamente, preocupado solo por satisfacer sus propios intereses.

En segundo lugar, a diferencia del falso profeta, el verdadero profeta se opone a la excesiva solicitud de dinero. Está contento con el apoyo para las necesidades fundamentales de la vida y del ministerio.

En tercer lugar, la manera de vivir de un verdadero profeta corresponderá con las normas de justicia que enseña. Es muy probable que un falso profeta enseñe una cosa y practique otra.

Un verdadero ministro del evangelio mostrará lo que Pablo escribió: “Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo” (2 Co. 2:17).

Tomado de Gracia a Vosotros

martes, 18 de agosto de 2009

La reacción ante los falsos profetas


Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. (Mateo 7:15)

En la breve carta de Judas a los creyentes, el apóstol advierte categóricamente contra los falsos profetas y nos dice cómo reaccionar ante ellos. “Conservaos en el amor de Dios” (Jud. 21). Nuestra primera reacción ante la falsa enseñanza es sencillamente estar en armonía con Dios, estar seguros de que estamos en comunión con Él y recibir su bendición y su poder. Entonces podemos convencer “a algunos que dudan” (v. 22). Los creyentes que dudan de su fe por culpa de los falsos maestros necesitan que se les aliente.

Otra reacción necesaria pudiera ser salvar a otros, “arrebatándolos del fuego” (v. 23). Hay que rescatar a los incrédulos que van rumbo al infierno por oír falsas enseñanzas antes de que sea demasiado tarde.

Por último, Judas presenta una tercera reacción ante los falsos profetas: “De otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne” (v. 23). A veces debemos confrontar a los falsos profetas y a sus seguidores, haciéndolo con una especial dependencia del Señor y teniendo el cuidado de no contaminarnos con sus falsas enseñanzas.

Tomado de Gracia a Vosotros

lunes, 17 de agosto de 2009

¿Qué es un falso profeta?


Por sus frutos los conoceréis. (Mateo 7:16)

La característica más peligrosa de los falsos profetas es que afirman que son de Dios y que hablan en su nombre. “Los profetas profetizaron mentira, y los sacerdotes dirigían por manos de ellos; y mi pueblo así lo quiso” (Jer. 5:31).

Tales líderes casi siempre parecen agradables y positivos. Les gusta estar con los cristianos, y saben cómo hablar y actuar como creyentes.

Por lo general los falsos profetas reflejan sinceridad y así engañan con más facilidad a los demás (vea 2 Ti. 3:13). Pero usted puede identificar el verdadero carácter de los falsos maestros al observar de lo que no hablan mucho. Por lo general no niegan doctrinas fundamentales como la deidad de Cristo y el sacrificio expiatorio, el carácter pecaminoso de la naturaleza humana, o el que los incrédulos vayan al infierno. Sencillamente pasan por alto tales verdades “polémicas”.

Pero siempre que un falso profeta esté en medio de ustedes, no se puede pasar por alto su presencia ni los efectos perjudiciales de su enseñanza herética.

Tomado de Gracia a Vosotros

domingo, 16 de agosto de 2009

Cuidado con los falsos profetas


Se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios, para engañar. (Marcos 13:22)

Ha habido falsos profetas desde principios de la historia redentora (vea Dt. 13:1-5), y siempre encuentran quienes los oigan. En su sermón del Olivar, Jesús advirtió: “Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre… y a muchos engañarán” (Mt. 24:4-5). Años después el apóstol Juan les dijo a sus lectores que “muchos engañadores han salido por el mundo” (2 Jn. 7).

Los falsos profetas siempre han disfrutado de algún grado de popularidad porque muchas personas no quieren oír la verdad. Así que Juan exhortó a todos los creyentes: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo” (1 Jn. 4:1).

Tomado de Gracia a Vosotros

sábado, 15 de agosto de 2009

El grupo correcto


Pocos son los que la hallan. (Mateo 7:14)

Quienes son atraídos por el Espíritu de Dios para que entren por la puerta estrecha y anden por el camino angosto están en el grupo espiritual correcto. Quienes están en el grupo espiritual equivocado son todos los paganos y cristianos nominales, todos los ateos y devotos fanáticos superficiales, todos los teístas nominales y humanistas seculares, y personas de todos los grupos étnicos y económicos que no tienen una fe salvadora en Jesucristo. Entran por la puerta ancha y van por el camino espacioso que lleva a la destrucción.

Jesús dijo: “Muchos son llamados, y pocos escogidos” (Mat. 22:14). El grupo correcto no es pequeño sencillamente porque la puerta de entrada es demasiado estrecha o el camino es muy limitado. Los creyentes son pocos porque muchas personas se niegan a arrepentirse de sus pecados y a confiar en Cristo para salvación. Prefieren morir en las tinieblas (vea Jn. 3:19).

Todo el que quiera ir a Jesucristo puede hacerlo con la ayuda de Dios: “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera” (Jn. 6:37). Y quienes van a Cristo estarán para siempre en el correcto grupo espiritual.

Tomado de Gracia a Vosotros

viernes, 14 de agosto de 2009

Sabiduría para la vida


Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. (Mateo 7:7-8)

Tener la sabiduría de Dios está entre las mayores necesidades que tenemos. La sabiduría de Dios nos ayuda a tomar decisiones prudentes a lo largo de nuestra vida cristiana; a optar por el camino de Dios y rechazar el camino del mundo en toda situación.

La Biblia presenta muchos mandamientos y principios para la vida cristiana, pero no es un manual exhaustivo de métodos y reglas para toda situación concebible. Eso no sería muy práctico, e impediría que confiáramos solamente en Dios. Él quiere que leamos su Palabra cada día de modo que podamos conocer sus principios para una vida recta y que podamos orar sabiamente pidiendo dirección cuando tenemos que tomar decisiones difíciles.

En las Escrituras el Señor presenta a los creyentes la verdad suficiente para vivir de manera responsable, y su­ficiente misterio para llevarlo a Él en la oración con­fiada: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada” (Stg. 1:5).

Tomado de Gracia a Vosotros

jueves, 13 de agosto de 2009

Es esta tu Biblia?

El discipulado es algo serio


Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos...? Lucas 14:28

No se puede pagar nada para ganar la salvación; pero vivir para Cristo es un asunto serio del discipulado. Ser cristiano significa confiar en el poder de Cristo y no en el suyo propio, y estar dispuesto a dejar su propio camino por el suyo. Ser cristiano puede resultar en sufrir persecución, burlas y tribulación. Jesús advirtió a los discípulos: “Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán” (Jn. 15:20).

Pero con su advertencia acerca del costo del discipulado, el Señor prometió que usted se regocijará “y nadie [le] quitará [su gozo]” (Jn. 16:22). Y también les dijo a sus discípulos: “pero confiad, yo he vencido al mundo” (16:33). Usted no escapará de las dificultades del discipulado, pero Cristo lo capacitará para que las resuelva.

Tomado de Gracia a Vosotros

miércoles, 12 de agosto de 2009

El que lleva la carga


Mi yugo es fácil, y ligera mi carga. Mateo 11:30

Jesús se describió a sí mismo como “manso y humilde de corazón” (Mt. 11:29); por lo tanto, Él da descanso, no cansancio, a todos los que se someten a Él y hacen su obra. En Cristo usted no solo tiene a un Salvador, sino también a uno que lleva la carga. Él lo ayuda a llevar todas sus cargas, incluso la carga de la obediencia.

Cristo nunca le dará una carga demasiado pesada de llevar. Su yugo no tiene nada que ver con las exigencias de la ley ni con las obras humanas. Más bien pertenece a la obediencia del cristiano a Dios, que Él quiere hacerla una experiencia alegre y feliz. Dé gracias a Dios por dar a alguien tan misericordioso que lleve la carga en la persona de su Hijo.

Tomado de Gracia a Vosotros

martes, 11 de agosto de 2009

El camino angosto


Angosto el camino que lleva a la vida. (Mateo 7:14)

La puerta estrecha de la salvación lleva al camino angosto de la vida recta. Por el contrario, la puerta ancha de la condenación lleva al camino espacioso de la vida descuidada y perversa.

Hubo una vez un hombre que escogió el islam en lugar del cristianismo porque para él el Islam “es una senda noble y espaciosa. Hay lugar en ella para un hombre y sus pecados. El camino de Cristo es demasiado angosto”.

Lamentablemente, en la actualidad hay muchos que se dicen cristianos que no ven el asunto con tanta claridad como ese musulmán. No entienden ni aceptan la definición de Jesús del camino angosto como la senda exigente y difícil. Es la vida de sacrificio y de esfuerzo intenso. Si está llevando esa vida, peleará “la buena batalla de la fe, [echará] mano de la vida eterna, a la cual asimismo [fue] llamado” (1 Tim. 6:12).

Tomado de Gracia a Vosotros

lunes, 10 de agosto de 2009

La vida penitente


Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. (Santiago 2:17)

Si usted se ha apartado de sus pecados y ha tomado el camino de justicia de Dios, llevará una vida transformada. El tema de Primera Juan es que la persona verdaderamente redimida mostrará una vida verdaderamente transformada.

“El que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo” (1 Jn. 2:5-6).

Quienes enseñan que el arrepentimiento y la vida penitente no son parte necesaria del evangelio no están presentando el evangelio que predicó Jesús. Tal evangelio de presunción y de justicia propia es del mundo, no de Dios.

Tomado de Gracia a Vosotros

domingo, 9 de agosto de 2009

No es optativo el arrepentimiento


Arrepentíos, y creed en el evangelio. (Marcos 1:15)

Si quiere entrar por la puerta estrecha, tiene que arrepentirse. Muchos judíos de la época de Jesús creían que el ser simplemente descendientes físicos de Abraham era suficiente para la entrada en el cielo. Y hoy muchos creen que con ir a la iglesia o ser moralmente buenos es suficiente para la salvación. Después de todo, piensan ellos, Dios es demasiado bueno para excluir a alguien que no sea tan malo.

Dios quiere que todos entren por la puerta estrecha porque Él “no [quiere] que ninguno perezca sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Ped. 3:9). Pero usted no pasará por la puerta estrecha a menos que siga el consejo de Carlos Spurgeon: “Usted y sus pecados se apartan o usted y su Dios nunca se juntarán. No puede mantener ningún pecado; tiene que abandonarlos todos, tiene que sacarlos como a los reyes cananeos de la cueva y ahorcarlos al sol”.

Tomado de Gracia a Vosotros

sábado, 8 de agosto de 2009

Dependencia como la de los niños


Si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. (Mateo 18:3)

Mientras hablaba de la genuina salvación, Jesús hizo una apropiada comparación con las características de los niños. Para ser salvo, usted debe ir a Cristo con la actitud dependiente y la perspectiva de un niño: sencillo, indefenso, confiado, sincero, sin pretensiones y sin ambiciones.

No es que los niños no tengan pecado, sino que son cándidos y modestos, dependientes de los demás y libres de egoístas reclamos de grandeza. Se someten al cuidado de sus padres y de otros seres queridos, dependiendo de ellos para que satisfagan todas sus necesidades. Esa es la actitud humilde y dependiente que debe tener todo el que procure entrar en el reino de Jesucristo.

Tomado de Gracia a Vosotros

viernes, 7 de agosto de 2009

No desperdicies tu vida



La forma como mostramos el supremo valor de Jesús es atesorándole a El por encima de todas las cosas y entonces tomando decisiones que hagan evidente el gozo que tenemos por haber escogido Su supremo valor.
John Piper

El joven rico


¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! (Lucas 18:24)

Cuando el joven rico le preguntó a Jesús respecto a la salvación, nuestro Señor probó de inmediato su disposición a dejarlo todo y a seguirlo: “vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme” (Luc. 18:22). Cuando el joven rico no prestó atención a las palabras de Jesús, demostró que no estaba dispuesto a someterse al señorío de Cristo.

El que quiera aceptar la salvación debe rendir el control de su vida al Salvador. Eso significa estar dispuesto a abandonarlo todo para seguirlo, o estar contento con todo lo que le ha dado, sabiendo que puede soberanamente darle más cuando le sirve.

La salvación es cambiar todo lo que usted es por todo lo que Cristo es. Por lo tanto, la fe salvadora no es simplemente un acto mental; ella calcula el costo (Luc. 14:28) y humildemente clama a Dios como hizo el publicano en Lucas 18:13: “Dios, sé propicio a mí, pecador”.

¿Tiene usted en cuenta el costo hoy y todos los días?

Tomado de Gracia a Vosotros

jueves, 6 de agosto de 2009

Entrar por la puerta


Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia. (Tito 3:5)

Cuando usted entra por la puerta estrecha de la salvación, tiene que pasar solo. Tal vez una puerta de torniquete represente mejor el concepto de la puerta estrecha. Solo una persona a la vez, sin equipaje, puede pasar por una puerta de torniquete. Dios ha ordenado que las personas entren en su reino individualmente, no en grupos. Usted no puede aprovecharse de lo que haya logrado su iglesia, su familia o sus amigos, sin que importe cuán espirituales sean.

La puerta de Dios es tan angosta que además de pasar por ella solo, tiene que ir desnudo. No puede pasar por la puerta vestido de pecado y terquedad. Como dijera el himno: “Nada en la mano llevo, sino que a tu cruz me aferro”. Ese es el camino de la cruz, que es el evangelio. Y el evangelio es la puerta estrecha, que implica negación de sí mismo. Jesús dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará” (Mat. 16:24-25).

Tomado de Gracia a Vosotros

miércoles, 5 de agosto de 2009

El único evangelio


Y en ningún otro hay salvación. (Hechos 4:12)

Si usted da testimonio a otros de que el evangelio de Jesucristo es el único evangelio, el único camino a Dios, no está proclamando su propio punto de vista de la religión correcta, sino la revelación de la verdad de Dios. Usted no predica el evangelio de Cristo sencillamente porque lo conoce, porque se ajusta a su personalidad o porque quiere ser intolerante y exclusivo. Usted presenta el evangelio de Cristo porque es el único camino provisto por Dios para que las personas encuentren la salvación del pecado y de la muerte eterna.

Usted predica el evangelio de Cristo como el único evangelio porque Él dijo: “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo” (Jn. 10:9). Usted da testimonio de ese evangelio porque está de acuerdo con el apóstol Pablo en que “hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Tim 2:5).

De modo que está en buena compañía y tiene un fundamento sólido cuando da testimonio a quienes no conocen a Jesucristo del único camino de salvación dado por Dios.

Tomado de Gracia a Vosotros

martes, 4 de agosto de 2009

La puerta estrecha


Entrad por la puerta estrecha. (Mateo 7:13)

Muchos han admirado los principios enseñados en el Sermón del Monte, pero la mayoría no ha seguido esos principios. Muchos han respetado a Jesús como un gran maestro pero nunca lo han recibido como Salvador y Señor.

Eso es porque no han entrado por “la puerta estrecha”; la puerta de Dios, la única que lleva a la vida eterna.

El camino angosto de la vida cristiana es por la puerta estrecha de Cristo mismo. “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie llega al Padre sino por mí” (Jn. 14:6). ¿Ha entrado usted por la puerta estrecha?

Tomado de Gracia a Vosotros

lunes, 3 de agosto de 2009

Dos religiones


¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? (1 Reyes 18:21)

La humanidad siempre ha tenido dos sistemas religiosos a su disposición. Uno es de Dios y se basa en su obra misericordiosa. El otro es de la humanidad y se basa en las obras de hombres y mujeres. Uno es únicamente de gracia soberana y se acepta por fe. El otro es únicamente de obras humanas y se efectúa en la carne. Uno brota de un corazón sincero, el otro de la hipocresía exterior.

Aun la ley de Moisés, aunque de Dios, no era un medio de salvación. Era un medio de mostrarles a las personas su necesidad de salvación. “Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado” (Rom. 3:20). Cuando Jesucristo vino, nos enseñó que no podemos por nosotros mismos cumplir esa perfecta ley. Él puso en claro que debemos escoger la religión de la gracia y de la fe y no la religión de la ley y de las obras.

Tomado de Gracia a Vosotros

domingo, 2 de agosto de 2009

La gran decisión


Escogeos hoy a quién sirváis. (Josué 24:15)

El Sermón del Monte nos presenta la más importante de las decisiones espirituales. Sus verdades éticas bendicen a quienes creen y obedecen a Cristo, pero juzgan a quienes lo rechazan.

La decisión espiritual, que no se puede pasar por alto ni posponer, está relacionada con el camino de salvación. Hay un solo camino verdadero para ser justificados ante Dios, y hay muchos caminos falsos. Es equivocado decir que todos los caminos llevan al cielo; solamente hay uno. Hay que rechazar todos los caminos que son por obras y que se han inventado para llegar al cielo, y se debe aceptar el único camino que Dios mismo ha provisto: la fe en su gracia salvadora como se revela en la muerte expiatoria de su Hijo (Hch. 4:12; 1 Ti. 2:5-6).

Tomado de Gracia a Vosotros

sábado, 1 de agosto de 2009

Reprogramada para la justicia



En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti. Salmo 119:11

Una vez un hombre me dijo “Me entregué a Cristo, pero sigo teniendo mucha basura en mi mente. ¿Cómo puedo limpiarla?” Le respondí: “Su mente ha sido programada por el mundo durante mucho tiempo, de modo que está llena de suciedad. Por lo tanto, hay que reprogramarla, limpiarla por completo”.

La única forma de reprogramar su mente con la justicia de Dios es leyendo la Palabra de Dios, estudiándola y meditando en ella. “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales” (Col. 3:16).

Si usted es cristiano, y se somete al Espíritu Santo mientras estudia la Biblia, tendrá una mente reprogramada que se concentre en la justicia de Dios y que lo ayude a vivir conforme a ella (Rom. 12:1–2; Fil. 4:8).

Tomado de Gracia a Vosotros