lunes, 10 de agosto de 2009

La vida penitente


Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. (Santiago 2:17)

Si usted se ha apartado de sus pecados y ha tomado el camino de justicia de Dios, llevará una vida transformada. El tema de Primera Juan es que la persona verdaderamente redimida mostrará una vida verdaderamente transformada.

“El que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo” (1 Jn. 2:5-6).

Quienes enseñan que el arrepentimiento y la vida penitente no son parte necesaria del evangelio no están presentando el evangelio que predicó Jesús. Tal evangelio de presunción y de justicia propia es del mundo, no de Dios.

Tomado de Gracia a Vosotros

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