Humillación en los conflictos
Querida, tú piensas que yo soy el culpable y yo pienso que tú lo eres. Por qué no me dices lo que piensas que yo he hecho mal. Cuando lo hagas, prometo estar atento, para darme cuenta donde he pecado, para pedirte perdón, y por la gracia de Dios arrepentirme de mi pecado. Lo único que te pido es que, después que tratemos con mi pecado, tú me dejes decirte porqué creo que tú has pecado.
Este tipo de respuesta deja un ejemplo de tu humildad y también hace más fácil para que tu esposa baje su resistencia y se humille también.
Tomado de El Esposo Completo, por Lou Priolo
No hay comentarios:
Publicar un comentario